miércoles, 11 de abril de 2012

Magdalenas de leche condensada

Esta receta es una auténtica delicia, a nosotros las magdalenas nos encantan, para la enana es su postre favorito y lo que mejor se toma y además disfrutamos un montón haciéndolas juntas. Si al placer de una buena magdalena le sumamos una auténtica adicción por la leche condensada que hay en mi casa…¡creo que no le puedo pedir más! Dicho esto no sé si agradecer a Isabel de ranas y azúcar por haberme llevado a la receta o más bien odiarla por alargar la operación biquini hasta el año siguiente…
Pues ahí va la receta siguiendo más o menos lo que indicaba la original:

Pues ahí va la receta siguiendo más o menos lo que indicaba la original:

1 bote de leche condensada          
30 g azúcar normal                         
120 g de harina de trigo  
 50 g mantequilla     
1 cucharadita de levadura química  
50 g de gotas de chocolate


Pues al lío:
·         En primer lugar precalentamos el horno a 180ºC. Ponemos también a derretir la mantequilla y la vamos dejando enfriar.
·         En un bol ponemos la leche condensada y le añadimos los huevos uno a uno y la mantequilla. Queda una cremita que huele a pecado
·         Añadimos la harina tamizada y la levadura y mezclamos bien.  Aquí yo soy un poco brutita y la verdad es que el resultado me encanta auqnue a priori sea poco profesional. En todo el proceso de mezcla uso una batidora normal y corriente tipo “minipimer”
·         Ponemos la masa en los recipientes de magdalenas dejando como un tercio sin rellenar. Yo no tengo bandeja de horno especial  para poner papeles de magdalenas y lo que hago para que no se  me abran durante el cocinado es meter cada uno de los papeles en un molde de magdalena de silicona, así quedan perfectas.
·         A una parte de la masa le añadí unos chips de chocolate para hacer que el vicio sea doble en algunas piezas… ;)
·         Antes de meterlas en el horno,  a las que no tenían chocolate les puse azúcar por encima.
·         Ya sólo queda meterlas al horno unos 25 minutos o hasta que estén hechas. Luego dejarlas enfriar…(o no!) y a comer!!!
Y aquí el resultado, una pasada de magdalenas que además al día siguiente estaban aún más buenas...

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